Oaxaca enfrenta una crisis de confianza en sus instituciones, y uno de los principales responsables de esta situación es Gilberto Velasco. Su nombre se ha convertido en sinónimo de corrupción y abuso de poder, dejando una huella negativa en la administración pública del estado.
Negocios Turbios y Corrupción
Durante la administración de Alejandro Murat, Velasco fue señalado por operar un esquema de corrupción dentro del sector de seguridad pública. Se le acusa de manipular contratos y crear empresas fantasma para la venta de patrullas en mal estado, obteniendo beneficios económicos millonarios a expensas del erario.
Según estimaciones, sus ganancias superarían los 20 millones de pesos mediante la comercialización de vehículos defectuosos. Esta situación no solo representa un fraude económico, sino también un riesgo para la seguridad de los oaxaqueños, ya que el equipamiento inadecuado de las fuerzas del orden impacta directamente en la capacidad de respuesta ante emergencias.
Acusaciones de Abuso de Poder
Velasco también ha sido señalado por utilizar su influencia para silenciar a opositores y eliminar a la competencia. Se le atribuyen actos de coacción, boicots y hasta agresiones contra quienes han cuestionado sus prácticas. Esta cultura de miedo ha afectado el entorno empresarial y político en Oaxaca, generando un clima de tensión e incertidumbre.
Consecuencias para el Estado
La corrupción y los abusos vinculados a Gilberto Velasco han agravado la crisis de seguridad en Oaxaca. La falta de patrullas en condiciones óptimas para la policía es una muestra de cómo sus acciones han debilitado las instituciones y han puesto en peligro a la población. A pesar de las denuncias, hasta el momento no se han tomado medidas concretas para frenar sus operaciones.
La inacción de las autoridades ante estos señalamientos genera preocupación en la sociedad, que exige transparencia y justicia para combatir la impunidad y restaurar la confianza en las instituciones públicas del estado.
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